miércoles, 30 de julio de 2008

Dios mio...
















Ayúdame a decir la palabra de verdad
en la cara de los fuertes,
y a no mentir para congraciarme el
aplauso de los débiles.

Si me das dinero no tomes mi felicidad
Si me das fuerzas, no me quites mi raciocinio
Si me das éxito no me quites la humildad
Si me das humildad no me quites la dignidad.

Ayúdame a conocer la otra cara de la imágen.
y no me dejes acusar a mis adversarios, tachándolos
de traidores porque no comparten mi criterio.

Enséñame a amar a los demás como me amo a mi mismo.

Y a juzgarme como lo hago con los demás.

No me dejes embriagar con el éxito cuando lo logre,
ni a desesperarme en el fracaso.

Más bien, hazme siempre recordar que el
fracaso es la prueba que antecede al éxito.

Enséñame que la tolerancia es el más alto grado de la
fuerza.

Y que el deseo de venganza es la primera manifestación de la debilidad.

Si me despojas del dinero, déjame la esperanza
y si me despojas del éxito, déjame la fuerza de voluntad para poder
vencer al fracaso.

Si me despojas del don de la salud, déjame la gracia de la Fé.

Si hago daño a la gente,
dame la fuerza de la disculpa,
y si la gente me hace daño,
dame la fuerza del perdón y la clemencia.

Dios mio...si te olvido...
No me olvides !

Amén